El Netherlands Institute of Radio Astronomy (ASTRON) e IBM han llegado a un acuerdo para poner en marcha una tecnología que permita conocer nuevos detalles acerca del Big Bang, los orígenes del Universo o la evolución de las galaxias. Se trata de un proyecto que pretende construir sistemas de computación en exoescala, pero con un consumo de energía reducido.
Científicos de IBM en Países Bajos y Suiza trabajarán codo con codo con el ASTRON en un programa de cinco años bautizado como DOME. Se trata de crear y hacer funcionar una tecnología que permita procesar grandes cantidades de información, procedente del llamado SKA (Square Kilometre Array), una iniciativa internacional que busca la construcción del mayor radiotelescopio del mundo.
Todos estos datos llegarán desde una gran cantidad de antenas que medirán la emisión de la radiación electromagnética de los objetos celestes. Cuando esté completado el radiotelescopio SKA – se prevé su finalización para el año 2024 – se podrán investigar con él los orígenes del Universo, la evolución de las galaxias o el misterio de la materia oscura.
El papel de IBM, durante los cinco años por los que se ha firmado el acuerdo, es ayudar a construir una tecnología de supercomputación que permita procesar la enorme cantidad de datos que se generará. Está previsto que diariamente el SKA envíe a sus sistemas una cantidad equivalente al tráfico que se produce en toda la Web cada día, es decir, un exabyte.
"Esto es analítica de Big Data extrema. Con DOME nos embarcaremos en uno de los proyectos de datos más intensivos jamás planeado, que finalmente tendrá muchas más aplicaciones, más allá de la investigación de radioastronomía", apunta Ton Engbersen, de parte de IBM Research.
Se trata de aplicar Big Data a la investigación astronómica, aunque la potencia de los sistemas creados podría ser útil en muchos otros campos. Pero además la intención del proyecto es que este grado extremo de procesamiento se pueda llevar a cabo de forma sostenible, controlando el consumo energético y disminuyéndolo al máximo.
"La única forma aceptable de construir y hacer funcionar estos sistemas es reducir drásticamente su consumo de energía.", afirma el director de gestión del ASTRON, Marco de Vos. Así, el proyecto miraría hacia la "supercomputación verde", algo que a la larga "también sería beneficioso para la sociedad", prosigue de Vos.